¿Qué es y en qué consiste?
Podríamos definir la Autopsia Psicológica como una técnica empleada para conocer el estado general de una persona en el momento de su muerte. Nos referimos a su estado emocional y psicológico, comportamiento, costumbres y relaciones sociales durante sus últimos momentos de vida.
¿En qué casos se aplica?
La finalidad de la Autopsia Psicológica es reconstruir esos últimos momentos de la persona fallecida realizando un análisis retrospectivo para conocer las circunstancias de su muerte.
Aunque se puede aplicar a cualquier tipo de muerte, es común su utilización en muertes extrañas, y sobre todo en causas de suicidio, ya que, tal y como es sabido, es común simular un suicidio para ocultar un crimen, así que, se pretende por lo tanto encajar las piezas y descartar el suicidio como causa de la muerte, desvelando a su vez un posible homicidio. En caso contrario, y si realmente se tratara de un caso de suicidio, se conocerían los motivos que llevaron al sujeto a cometerlo.
Puede ser aplicado también en casos con una hipótesis inicial errónea. Al llegar a dicha conclusión y tras haber agotado cualquier otro método, podemos recurrir a la Autopsia Psicológica para intentar certificar la causa del suceso.
Es también útil cuando no se ha podido determinar el tipo de muerte, y confirmar si ha sido natural, accidental, autoinfligida, homicida, etc.
¿Cuáles son sus ámbitos de aplicación?
Los ámbitos de aplicación de la autopsia psicológica entre otros pueden abarcar desde el judicial penal en casos de homicidios, como por ejemplo la simulación de un suicidio para ocultar un crimen o en casos judiciales civiles en los que se vea involucrada alguna compañía de seguros, siendo necesario determinar la causa de la muerte por ejemplo en casos de pólizas de vida respecto al cobro de una indemnización.
¿Cuál es su procedimiento?
Para aplicar la autopsia psicológica a un caso en concreto y entender con ello en que situación se encontraba la persona fallecida para poder determinar ante que tipo de muerte nos encontramos, es necesario, como se ha indicado anteriormente analizar las características particulares de las esferas psicosocial, emocional, conductual, etc. Para ello necesitamos toda la información relativa a estas, la cual podemos conseguir a través de los siguientes medios:
- Entrevistas con familiares, amigos, compañeros de trabajo, pareja, etc.
- Autopsia Forense
- Informes médicos, toxicológicos, etc.
- Información desprendida de la escena del crimen (informes, fotografías, vídeos, etc).
- Informes de relaciones familiares, maritales, etc.
- Informes geográficos sobre residencias, ocio, trabajo, etc.
- Informes sobre estresores vitales como problemas económicos, laborales, psicosociales, sentimentales, abuso de cualquier sustancia, etc.
En definitiva, como podemos imaginar, se trata de conocer al detalle en que “mundo” se movía la persona, para ponernos en su lugar y entender si pudiese haber algo que le hiciera tomar la decisión o no de suicidarse, o por el contrario averiguar cualquier detalle que pudiera hacer saltar la alarma acerca de la existencia de algún tipo de riesgo para esta.
Conclusiones
Como cualquier método, la autopsia psicológica no está libre de críticas, siendo puesta en duda por su carácter especulativo. Es por ello que, la autopsia psicológica no debe ser utilizada como una ciencia exacta, pero que, con la prudencia adecuada, puede ser extremadamente útil como complemento en una investigación criminal, abriendo otras posibles vías de investigación si las primeras hipótesis no ofrecen los resultados esperados o nos encontramos en un callejón sin salida, ya que puede ofrecer datos interesantes acerca de todo lo que rodea la vida de la persona fallecida en su último periodo de vida.